Vemos con perplejidad las declaraciones del Consejero Remírez referidas al Alcalde Maya proponiéndole que aporte datos para justificar la apertura de bares, cuando por razones epidemiológicas, jurídicas e incluso éticas, debiera ser al contrario, siendo el Gobierno el obligado a aportar datos o informes que justifiquen el cierre de la hostelería, ya que ni el propio sector los conocen. El mundo al revés.
No existen datos o informes que establezcan una relación de causalidad o que justifiquen específicamente el cierre de la hostelería, salvo que tales datos sean derivados simplemente de la deducción de que toda actividad social debe estar cerrada, al ser nudos de transmisión ya sea el ámbito laboral o el educativo por ejemplo. En ese caso apliquemos el cuento. Los informes del propio Ministerio de Sanidad no avalan las declaraciones del Consejero, ya que en ellos se establecía que los brotes relacionados con la hostelería eran solo el 2.7% del total, pero curiosamente esos Informes ya se han dejado de publicar.
Hay otro dato que rebate las afirmaciones rotundas del Consejero como es la comparativa de la incidencia Covid en diferentes CCAA donde podemos observar la nula e inexistente diferencia en la curva de contagios entre quienes han mantenido abierta o cerrada la hostelería, invitando a quien lo desee a averiguar que CCAA estaban en una situación u otra viendo el gráfico comparativo.
Asimismo afirma en sus declaraciones que descendió la curva de contagios cuando se cerró la hostelería, obviando algo tan importante como es que paralelamente se impuso el cierre perimetral o el toque de queda (medidas duras que limita derechos fundamentales). Y por otro lado olvida mencionar que desde el 26 de noviembre apertura de las terrazas- y el tras abrir el 30% del interior el 17 de diciembre, no aumentó la curva de contagios hasta la llegada de las consecuencias de las reuniones privadas de las Navidades (afortunadamente no tanto como otros territorios gracias a las limitaciones impuestas por Salud Pública en el ámbito privado como fue anticipar el toque de queda en los días festivos). Ello se puede observar en el gráfico con la incidencia de positivos que se muestra.
Es una pena que se haga caso omiso a otra de las características del sector de la hostelería de la carecen otros espacios como es la ventilación, bien sea natural y sobre todo la forzada o mecánica existente en los establecimientos de hostelería, que permiten ofertar espacios cerrados pero ventilados, y que con un simple medidor de CO2 el cliente podría observar que se trata de un espacio interior tan válido como el exterior, pero claro parece ser más razonable cerrar empresas que darles posibilidades respetando criterios epidemiológicos.
En definitiva, desconociendo datos o informes que establezcan una relación de causalidad entre la apertura de la hostelería y los contagios covid, más allá de la relación social que implica su funcionamiento, siguiendo la teoría del Consejero debería cerrarse todo espacio con interacción social evitando así la discriminación existente con la hostelería, y dado que parece no va a darse, lo razonable y justo sería ofrecer al sector suficientes y justas indemnizaciones. En cualquier caso este asunto está sub iudice en tres Contenciosos Administrativos y otro más ante la Audiencia Nacional que algún día resolverán el conflicto mediante Sentencias que nos dirán si está o no justificado el cierre o las restricciones de la hostelería.